Nada es más frustrante para un jardinero que ver su avellano, generoso en hojas, negarse obstinadamente a dar frutos. Sin embargo, algunos errores comunes pueden explicar esta ausencia de frutos secos. Buenas noticias: existen soluciones sencillas para remediar este problema y transformar su avellano en un verdadero proveedor de delicias. Descifrado.
Nada es más frustrante para un jardinero que ver su avellano, generoso en hojas, negarse obstinadamente a dar frutos. Sin embargo, algunos errores comunes pueden explicar esta ausencia de frutos secos. Buenas noticias: existen soluciones sencillas para remediar este problema y transformar su avellano en un verdadero proveedor de delicias. Descifrado.
1. Falta de polinización: un problema común
La polinización es la razón principal por la que un avellano no produce nueces. A diferencia de ciertas plantas, el avellano es autoestéril. Esto significa que un solo árbol, incluso en perfectas condiciones de salud, tendrá dificultades para dar frutos.
Para que produzca avellanas debes:
- Al menos dos avellanos compatibles cerca, para fomentar la polinización cruzada.
- Variedades diferentes pero compatibles, como “Ennis” y “Merveille de Bollwiller”.
Los polinizadores, como el viento o los insectos, también desempeñan un papel crucial. Sin ellos, la polinización sigue siendo insuficiente. Considere plantar flores productoras de miel. cerca para atraer abejas.
2. Poda inadecuada: enemiga de la fructificación
Un avellano mal podado corre el riesgo de concentrar toda su energía en el follaje en detrimento del fruto. En la práctica, debes respetar algunos principios simples:
- Poda tu avellano fin del inviernocuando la savia aún es baja.
- eliminarlos ramas muertas o demasiado viejos para estimular el crecimiento de brotes jóvenes.
Un avellano demasiado denso también puede suponer un problema. Ventile el centro del árbol para permitir que la luz penetre y las flores se desarrollen completamente.
3. Mala exposición: el sol, un aliado imprescindible
Al avellano le encanta la luz. Demasiada sombra limita la floración y, en consecuencia, la producción de avellanas. Para optimizar sus posibilidades de cosecha:
4. Suelo inadecuado: alimentar bien para producir bien
Un suelo pobre o mal mantenido puede ser la causa de un avellano estéril. Para que dé frutos el suelo debe ser:
- Rica en materia orgánica.
- Bien drenado, ya que el exceso de humedad daña las raíces.
Considere traer un abono casero o estiércol bien descompuesto al pie del árbol, una vez al año. La adición de un fertilizante especial para árboles frutales, rico en potasa, también puede estimular la fructificación.
5. Plagas y enfermedades: auténticos saboteadores
En ocasiones la ausencia de avellanas se explica por la presencia de plagas o enfermedades. Entre los más comunes:
- La balanina de avellana : este insecto deposita sus larvas en el interior de las avellanas, por lo que no son aptas para el consumo. Para remediarlo, recoge rápidamente las avellanas caídas y utiliza tratamientos naturales como el estiércol de ortiga.
- mildiú polvoriento : esta enfermedad fúngica limita el crecimiento del árbol. Tratar preventivamente con decocción de cola de caballo o azufre.
Unas palabras del experto: la paciencia es clave
Según Olivier Martin, arbolista y especialista en árboles frutales:
“El avellano suele tardar algunos años en producir por completo. Paciencia y buen mantenimiento son los mejores aliados para una cosecha abundante. »
Es normal que un avellano joven no dé frutos inmediatamente. La producción puede tardar hasta 4 o 5 años dependiendo de las variedades y las condiciones de cultivo.
Acciones simples para una cosecha exitosa
Un avellano que no produce nueces no es inevitable. La clave está en una polinización eficiente, una poda regular, un suelo rico y bien drenado y una exposición soleada. Siguiendo estos sencillos pasos y teniendo paciencia, pronto disfrutarás de una generosa cosecha de crujientes y sabrosas avellanas.