Falta una semana para las legislativas del domingo 26 de octubre y, como cada vez que el calendario aprieta, vuelven las dudas más domésticas: la birome, la cruz, la boleta única. En medio de ese murmullo ciudadano, la Directora Nacional Electoral, María Luz Alegría Landívar, salió a despejar lo básico: con qué se vota, cómo se marca y qué significa lo que vamos a ver el domingo a la noche. Una puesta a tierra útil, justo cuando la ansiedad empieza a hacer ruido en las escuelas que se preparan para abrir las urnas.
- Se puede usar la birome que entrega la autoridad de mesa o una propia, siempre que sea indeleble; no se puede votar con lápiz.
- Si marcás solo una categoría en la boleta única, el voto vale para esa categoría y queda en blanco la otra.
- Los resultados del domingo son provisorios y meramente informativos; la Justicia confirma ganadores 48 horas después.
- El operativo se realiza con boleta única, con fiscalización de todos los partidos y presencia de la Justicia Electoral.
- Javier Milei prepara su acto de cierre en Rosario, en apoyo a sus candidatos en Santa Fe.
La birome, ese detalle que ordena el gesto
“Pueden usar la birome que entrega la autoridad de mesa. Si alguien quiere llevar la suya, no hay problema, siempre que sea indeleble. Lo que no se puede es votar con lápiz”, explicó Landívar por Radio Rivadavia. Parece menor, pero el instrumento con el que uno marca la boleta suele ser la primera fuente de inquietud. En tiempos de sospecha fácil, una aclaración concreta vale más que cualquier slogan: tinta que no se borre y basta de mitos.
Dos categorías, dos marcas
La boleta única exige atención simple: “Acuérdense de hacer dos marcas, porque si no les va a quedar una categoría en blanco”, insistió la funcionaria. El principio es claro: si señalás solamente diputados y te olvidás de senadores (o al revés), tu decisión cuenta para lo que marcaste y se considera en blanco lo demás. Nada se anula por un olvido, pero tampoco se completa solo. Es una lógica de precisión: donde ponés la cruz, ahí vale; donde no, queda en silencio.
El domingo por la noche: números que orientan, no deciden
La otra franja sensible es el escrutinio provisorio. Cada elección reditúa la misma pelea por quién “ganó” en la tele antes de medianoche. Landívar le bajó el tono: “El resultado que vemos el domingo es meramente informativo. Los ganadores de cada categoría los define la Justicia 48 horas después”. En criollo: lo del domingo guía la conversación, pero no escribe el acta. La última palabra no sale de un graph televisivo sino del conteo que valida la Justicia Electoral.
Un operativo de reglas claras
El despliegue este año vuelve a girar alrededor de la boleta única, con fiscales de todos los partidos y el acompañamiento de la Justicia Electoral. Es un dispositivo pensado para reducir la fricción en el cuarto oscuro: menos papeles sueltos, más orden ante la vista. La transparencia no se declama, se organiza, y este esquema —que concentra opciones en una sola pieza— ayuda a que el votante no se pierda en el camino.
Campaña al filo: Rosario como escenario
Mientras se afinan planillas y manuales para autoridades de mesa, la política hace lo suyo: Javier Milei prepara el cierre de campaña en Rosario, apuntalando a sus candidatos en Santa Fe. El acto busca imprimir una foto final antes de que empiece el silencio electoral. En paralelo, las reglas del juego —las que explicó Landívar— invitan a bajar un cambio: primero votar sin enredos, después contar con prudencia.
Lo que queda en manos del votante
Si algo dejó claro la Directora Nacional Electoral es que el comicio se juega también en detalles concretos: una birome indeleble, dos marcas bien hechas, paciencia para entender qué significa lo que se publica el domingo. No hace falta épica para cuidar el voto; alcanza con una línea firme sobre la boleta y la certeza de que la validez no se negocia en los márgenes. El resto, la pelea grande, se dirime con reglas que ya están escritas y con un conteo que, por una vez, conviene mirar sin ansiedad.
