domingo, noviembre 9, 2025
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Primera escuela rural de Ituzaingó: dónde se fundó

A fines del siglo XIX, cuando Ituzaingó todavía era campo de Morón y las calles no eran más que huellas de tierra, un rancho de adobe a la vera del Puente Márquez encendió la primera chispa de escuela. En 1878, en el Cuartel IV —hoy Barrio El Jagüel de Villa Udaondo— abrió la primera Escuela Rural de Morón. Aquel humilde edificio, con techo de chapa y paredes que respiraban barro y cal, fue el origen de una historia que todavía late en las aulas del oeste bonaerense.

Puntos clave

  • En 1878 abrió la primera Escuela Rural del partido de Morón en el Cuartel IV, actual Barrio El Jagüel (Villa Udaondo), hoy identificada como Escuela N°9 de Ituzaingó.
  • El historiador Carlos María Birocco confirmó la existencia de la “Escuelita del Puente Márquez”, considerada la primera institución educativa del territorio que luego sería Ituzaingó.
  • El edificio original fue un rancho de adobe en tierras de Juan Devoto; versiones orales señalan a Hilario Rodríguez, aunque no coinciden con los registros.
  • La primera maestra y directora fue Luisa Moral de Voelklein, referente educativa que llegaba en sulky y marcó a generaciones de ituzainguenses.
  • Por falta de matrícula, la escuela se trasladó a Villa Ariza, pasó a ser la N°13 de Morón y, con los años, obtuvo edificio propio y el nombre José Hernández.
  • Tras la creación del partido de Ituzaingó, adoptó su numeración definitiva: Escuela N°2 “José Hernández”.

La escuelita del Puente Márquez

La crónica local lo contaba de boca en boca, y el papel lo terminó fijando: en su libro “Del Morón rural al Morón urbano” (2009), el historiador Carlos María Birocco documentó la existencia de la Escuelita del Puente Márquez. No era apenas una anécdota: era la primera institución educativa en el territorio que hoy ocupa Ituzaingó. El Puente Márquez, hito sobre el Reconquista y nombre que remite a viejas batallas de la provincia, fue el punto de referencia de esa experiencia escolar que creció al borde del agua y del camino.

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En esos años, el Cuartel IV se extendía desde la actual calle Las Cabañas hasta el Río Reconquista y, al sur, hasta la entonces Avenida Gaona —hoy Acceso Oeste—. Eran tiempos de chacras largas, carretas y oficios rurales. Ahí se levantó el rancho escolar, sobre tierras de Juan Devoto. Algunos memoriosos adjudican la propiedad a Hilario Rodríguez; los archivos no los acompañan del todo, pero dejan ver el mapa difuso de una frontera donde la palabra del vecino también cuenta.

Para 1900, la escuela ya figuraba como “suburbana”: un registro que decía mucho de su entorno —los márgenes del viejo Morón— y del impulso de la educación pública en el campo bonaerense. Si hoy te parás en Villa Udaondo, cuesta imaginar la soledad de entonces. Pero en esa soledad, una maestra empezó a tejer comunidad.

Quién fue esta gran docente

Luisa Moral de Voelklein nació en Ituzaingó el 5 de septiembre de 1880 y murió en la misma ciudad el 23 de febrero de 1968. Casada con Amílcar Manuel Voelklein, contador radicado en la zona desde 1895, estudió magisterio en La Plata con la paciencia del que sabe que cada examen es un escalón y cada viaje, un gasto contado. Fue, literalmente, la primera maestra y directora de la escuelita del Puente Márquez.

La “Maestrita Voelklein”, como quedó en la memoria barrial, llegaba en sulky, el medio de la época para cortar kilómetros de tierra apisonada. Su vocación excedía el aula: exigente con ella misma, con sus alumnos y con las familias, insistía en la asistencia y en el respeto a la escuela como institución. Los más grandes recuerdan su figura recorriendo las calles de tierra, golpeando puertas, preguntando por ausencias, consiguiendo lo que hiciera falta para llevar a los que menos tenían. No fue un gesto aislado: fue un método de trabajo, una ética cotidiana.

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Por sus pupitres pasó toda una generación de nativos de Ituzaingó entre fines del siglo XIX y principios del XX. Con el tiempo, algunos de esos chicos ocuparon lugares de referencia en la comunidad: los doctores Gelpi, Protto y Ratti —este último, primer delegado municipal de Ituzaingó— hicieron su primaria bajo su mirada. Ya jubilada, y con la misma energía que la llevó detrás de cada alumno, integró el grupo de mujeres que impulsó la creación de la Iglesia San Judas Tadeo, levantada en 1937 frente a la Plaza 20 de Febrero. Quien la conoció la describe como alguien dispuesto a poner el cuerpo por el otro, sin alharaca y sin pausa.

Qué pasó con la escuela

Con los años, la matrícula esporádica del entorno rural obligó a mover la escuela hacia donde estaban los chicos. El traslado la llevó a Villa Ariza, a una casa alquilada frente a “Los Portones”, en la esquina de José María Paz (ex J. A. Roca) y Defilippi (ex Montevideo). En ese cambio pasó a llamarse Escuela N°13 del partido de Morón. La primera directora de esta etapa fue Rosa C. de Collantes. Entre los alumnos se contaban niñas y niños de familias tradicionales del Puente Márquez y Villa León: Alvarado, Arias, Rodríguez, Bagnacedri y Risso Patrón. No era una lista de apellidos al azar: la propia Rosa T. de Risso Patrón llegó a dirigir la institución, un puente directo entre comunidad y escuela.

En 1918, la conducción quedó a cargo de Ema Eguren de Ovejero, que se estableció en Villa Ariza y sostuvo la dirección hasta 1925. La sucedió Cleofina Ochoa de Basterreche, quien gestionó otro traslado cuando el aumento del alumnado apretó las paredes. La escuela funcionó primero en la casa de Jesús Díaz, en Defilippi 840, y luego en Defilippi 1455, ya en el corazón de Villa Ariza. Cada mudanza no fue un desarraigo, sino una forma de seguir cerca de los chicos.

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Finalmente, llegó el edificio propio. En la esquina de Defilippi y Oribe, sobre terrenos donados por los fundadores del pueblo, la escuela se asentó con nombre y techo firmes. Provincializada, adoptó el nombre de José Hernández, homenaje natural para una comunidad que conoce de trabajo rural y de memoria gaucha. Con la creación del partido de Ituzaingó, obtuvo su numeración definitiva: Escuela N°2 “José Hernández”.

El resto lo hacen el tiempo y los pasillos. Queda el registro formal, sí, pero también queda la memoria de la primera aula hecha rancho, al costado del Puente Márquez. Allí empezó una trama educativa que hoy sigue desplegándose en cuadernos y recreos. A veces, para entender cómo crece una ciudad, alcanza con escuchar el rumor antiguo de una escuela que supo arrancar con lo justo y, aun así, abrirle la puerta a todos.

Miguel Bouquet
Miguel Bouquethttps://laradiopublica.com.ar
Miguel Bouquet es un periodista argentino, licenciado en Periodismo por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y especializado en Comunicación Política por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Presentador y redactor de Radio Pública, es reconocido por su experiencia en política y análisis social.Contacto 📧 Correo electrónico: miguel.bouquet@laradiopublica.ar 📞 Teléfono: +54 9 11 3456 7890
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