Ituzaingó Norte: vecinos reclaman sobre el estado del camino al Relleno Sanitario
El acceso al relleno sanitario de Olavarría, ubicado sobre la avenida Ituzaingó en el barrio del mismo nombre, se encuentra en un estado de abandono alarmante. Con las lluvias recientes, las calles que antes eran transitables se han convertido en trampas de barro y desilusión. Vecinos que, a diario, se aventuran a recorrer este camino relatan su frustración y preocupación por la falta de mantenimiento.
- El camino de acceso está intransitable tras las lluvias.
- Varios vehículos quedaron atascados en el barro.
- Los reclamos de los vecinos aumentan debido a la falta de respuesta de las autoridades.
- Las condiciones del camino afectan también a los servicios de emergencias.
- Los habitantes piden soluciones urgentes para poder transitar con seguridad.
Las voces de los vecinos resuenan con desesperación. «Esto es un desastre», afirma uno de ellos, quien se detiene brevemente para relatar que ya ha tenido que ayudar a varios conductores a desatascar sus autos. Cada jornada se transforma en un desafío, donde la esperanza de un arreglo parece perdida en el barro acumulado. «No puedo entender cómo dejan esto así. No es solo un camino, es el acceso a la salud y a la vida», señala, con la mirada fija en el horizonte lleno de barro y desilusión.
Desde hace semanas, los llamados para reparar el acceso continúan sin respuesta; las autoridades parecen no escuchar el clamor colectivo. Esta situación no solo afecta a quienes necesitan llevar sus residuos al relleno. También pone en riesgo a los servicios de emergencia, que deben sortear con dificultad un terreno que se asemeja más a un campo de batalla que a una vía pública. «Si ocurre un accidente, ¿cómo van a llegar? Es una locura», agrega otro vecino, mientras observa una ambulancia que intenta maniobrar para cruzar la trampa de barro.
Muchos en la comunidad han tomado la iniciativa de crear un grupo en redes sociales para visibilizar su reclamo. En estas plataformas, comparten imágenes que documentan la situación y cuentan experiencias de quienes habían quedado atascados. Las publicaciones se llenan de comentarios de solidaridad, pero también de indignación. «Es triste ver cómo, al parecer, nuestras necesidades no importan», expresa una madre de familia que no puede llevar a sus hijos a la escuela debido a la imposibilidad de transitar el camino.
Las lluvias son una realidad del clima que se vive en la región, pero debería ser responsabilidad del gobierno garantizar que las condiciones de las calles sean adecuadas. La comunidad aguarda una respuesta y, con el sol asomando entre las nubes, espera que las autoridades continúen su trabajo más allá de las promesas vacías.
En Ituzaingó Norte, la resistencia se palpa en el aire. Desde la búsqueda incesante de soluciones hasta el deseo de que, algún día, el camino al relleno sanitario se convierta en un paso seguro y transitable, como debería ser. La esperanza persiste, a pesar de las dificultades, en un barrio que vibra con la necesidad de un cambio.
