Este fin de semana largo de recuerdos y colores, en la esquina de La Rastra y Filipinas, en Villa Udaondo, la Feria Vecinal del Barrio PROCREAR va a ponerle acento local al Día de los Muertos. Los feriantes invitan a las familias a acercarse y compartir la tarde: sábado 1 desde las 17 y domingo 2 de noviembre, de 14 a 19. Una celebración nacida en México, traída por caminos de Latinoamérica, que acá encuentra su propio modo de encenderse.
Puntos clave
- La Feria Barrio PROCREAR celebrará el Día de los Muertos el sábado 1 y domingo 2 de noviembre.
- Lugar: La Rastra y Filipinas, Villa Udaondo (oeste del conurbano bonaerense).
- Horarios: sábado desde las 17; domingo de 14 a 19.
- La propuesta combina decoración temática y la feria habitual de emprendedores.
- Habrá puestos con equipos de mate, velas aromáticas, difusores, bijouterie, vasos térmicos sublimados y miel artesanal.
- La festividad, de raíz mesoamericana, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO en 2008.
Una tradición que viaja y se adapta
El Día de los Muertos no es un luto: es una fiesta. Así la viven en México y en buena parte de Centroamérica, y así fue llegando de a poco a distintos pueblos de Sudamérica, donde tomó formas propias sin perder su corazón: la idea de que los que ya no están se suman, de algún modo, a la mesa común. Es una celebración que se prepara con tiempo —desde fines de octubre— y que tiene sus fechas marcadas a fuego: 1 y 2 de noviembre. En 2008, la UNESCO la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un reconocimiento que empuja a preservarla, pero sobre todo a mantenerla viva.
Doble jornada en Udaondo
En Villa Udaondo, los emprendedores del Barrio PROCREAR —que suelen armar su feria los domingos— decidieron estirar la agenda y abrir en dos jornadas. El sábado 1, desde las 17, prometen una tarde con mucha decoración y propuestas variadas en cada puesto. El domingo 2, el día habitual de feria, la movida será más extensa: de 14 a 19. “Te esperamos”, dijeron los feriantes en sus redes, con esa invitación sencilla que vale más que cualquier consigna.
La esquina de La Rastra y Filipinas tiene su ritmo propio: chicos que corretean, termos bajo el brazo, vecinos que se saludan de vereda a vereda. En ese paisaje, la feria suma un motivo más para encontrarse. No hace falta demasiado protocolo; alcanza con acercarte, recorrer los stands y dejar que la tarde haga lo suyo.
Qué vas a encontrar
La propuesta es amplia y bien de barrio. Hay puestos con todo lo relacionado al mate —equipos completos, bombillas, accesorios— y otros con velas aromáticas y difusores, para llevarse un poco de calma a casa. Se suman feriantes de bijouterie, vasos térmicos sublimados con diseños propios y miel artesanal, producto de esos emprendimientos que crecen a pulmón. El espíritu es ese: trabajo local, precios cuidados y trato directo.
En paralelo, la estética de la celebración empuja los colores y las formas. No es una postal importada; es una apropiación cariñosa, ajustada al patio de cada uno. Un modo de decir presente con memoria, de tender un puente entre orillas latinoamericanas y este rincón del oeste bonaerense.
Una fiesta compartida
La feria del PROCREAR se consolidó como punto de encuentro de los domingos. Esta vez, la doble jornada busca sumar a quienes el sábado prefieren salir más tarde y a quienes el domingo aprovechan la siesta larga. La lógica es simple: abrir el espacio, mezclar vecinos y visitantes, y darle lugar a una tradición que, sin desentonar, encuentra su casa lejos de donde nació.
Para más información y adelantos, los feriantes difunden novedades en Instagram, donde van mostrando parte de la preparación y los horarios. El resto se sabrá en la calle, entre puestos, mates y ese murmullo de feria que, como toda buena costumbre barrial, se escucha de cuadra a cuadra.
