De acuerdo con los datos recientes del INDEC, para que una familia tipo pueda mantenerse por encima de la línea de pobreza, necesita juntar ingresos que superen los $986.586. Esta cifra corresponde al costo de la Canasta Básica Total (CBT) de octubre, que refleja los gastos indispensables de un hogar compuesto por un matrimonio y dos hijos en edad escolar.
En Ituzaingó, el contexto social está atravesando una crisis profunda: casi un 10% de sus habitantes reciben asistencia alimentaria del municipio. El intendente Pablo Descalzo conversó conmigo en FM Manantial, en el programa Aquí no ha pasado nada, donde reconoció: «Jamás había visto una situación semejante.»
Es notable cómo, pese a los anuncios oficiales del presidente Milei sobre la reducción de la pobreza, en nuestra ciudad esa mejora todavía no se percibe. Incluso con la Asignación Universal por Hijo (AUH) llegando a muchas familias de bajos recursos, la inflación constante y la suba imparable de la canasta familiar -sobre todo el impacto de los servicios públicos-, amplifican el avance de la pobreza en Argentina.
Descalzo me detalló la magnitud de la asistencia alimentaria que hoy sostiene el municipio: “Estamos asistiendo con comida a más de 18 mil personas en Ituzaingó, cifras que nunca habíamos manejado antes. La demanda en las salas de atención primaria creció un 35%. Esto implica que tenemos que comprar una cantidad muchísimo mayor de insumos para dar respuesta a la comunidad. Además, hay casos donde nadie puede pagar las tasas municipales y los comercios locales están al borde del cierre. La realidad del país es trágica y nosotros la vivimos en carne propia.”
En su relato también reflejó la baja actividad económica: “Los comercios han perdido mucho volumen de ventas, y muchas pymes están trabajando apenas al 50 o 55% de su capacidad. La crisis que se está viviendo durante estos meses es muy dura. Mientras tanto, el Gobierno nacional parece distraído, haciendo cuestiones como reimprimir boletas o protagonizando recitales. No sé bien qué celebran porque la realidad es muy triste.”
Una familia debe ganar casi un millón de pesos para no caer en la pobreza
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), para octubre, la Canasta Básica Total se ubicó en $986.586, cifra que representa lo mínimo que una familia tipo debe percibir para no estar bajo la línea de pobreza. Esta canasta incluye un listado de bienes y servicios esenciales para una pareja con dos hijos en edad escolar.
Un dato que desvela aún más es que, de acuerdo con estimaciones de la consultora Focus Market, este mes los gastos en servicios básicos absorberán alrededor del 68% de los ingresos de un hogar tipo con dos salarios formales.
Este porcentaje se calcula cruzando la información del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) sobre los sueldos registrados con el costo de la llamada «canasta de servicios», que abarca elementos tan esenciales como alquiler, educación, salud, servicios de luz, gas, agua, internet, telefonía y transporte.
La crisis en la red de comedores comunitarios deja a muchas familias sin referencia para recibir ayuda
Un fenómeno que comenzó a observarse con fuerza en los últimos meses es el desmantelamiento de comedores comunitarios en varios barrios. Esta red, que solía ser un pilar para la asistencia alimentaria de las familias en situación de pobreza o indigencia, hoy está prácticamente desarmada, dejando en jaque a muchas personas que no saben hacia dónde recurrir.
Un funcionario municipal, con preocupación palpable en su voz, me confesó: «Antes, en casi todos los barrios había al menos un comedor comunitario donde las familias podían acercarse para pedir comida. Ese sistema de solidaridad y apoyo mutuo se quebró. Hoy quedan muy poquitos comedores y los que siguen funcionando lo hacen gracias a donaciones de vecinos y pequeños comercios del barrio. La gente está desorientada, no sabe a dónde ir.»
El municipio está desbordado y no puede atender todas las demandas que surgen día a día.
En relación a Cáritas, que tiene presencia en las 10 parroquias que constituyen Ituzaingó, desde la diócesis también confirmaron un aumento significativo en la demanda de bolsones de comida. Actualmente, Cáritas distribuye entre 1000 y 1500 bolsones alimentarios mensuales, beneficiando a unas 6 mil personas en el distrito.
Insisto en este punto porque en mi trabajo diario he visto cómo las cifras oficiales muchas veces no reflejan la crudeza del día a día de muchísimas familias. Conozco barrios enteros donde el esfuerzo por llegar a fin de mes es un drama cotidiano. Por eso, las estadísticas, aunque sean claras, necesitan ser puestas en contexto con el relato de quienes sufren esta realidad.
La situación que vive Ituzaingó no es un caso aislado en Argentina. Otras localidades del conurbano también enfrentan el mismo fenómeno: la pobreza avanza, la inflación no afloja y la red de asistencia social tiene cada vez menos recursos para dar respuesta. Mientras tanto, las políticas públicas a nivel nacional parecen desconectadas de esta realidad.
Como periodista, me comprometo a seguir contando estas historias, no para generar miedo, sino para visibilizar problemáticas urgentes que necesitan ser atendidas con decisión y profundidad.
