En Ituzaingó, cuando el calendario pisa el fin de octubre, el centro se tiñe de naranja, y no por las jacarandás. En Juncal 121, El Jardín afila sus colmillos: el bar de siempre vuelve a convertirse en casa embrujada, con esa mezcla de susto amable y pista encendida que, desde hace años, encontró su público fiel en el Oeste.
- Doble fecha de Halloween en El Jardín (Juncal 121): viernes 31/10 y sábado 1/11, desde las 22.
- Line-up: DJ @lukyflow el viernes; DJ @biancore_ el sábado.
- Decoración integral: telarañas, luces, calabazas, efectos y personajes itinerantes.
- Trago especial: “Poción de Halloween”, un gin tonic con tinte vegetal y brillo comestible.
- Beneficio para quienes vayan disfrazados: una birra o una limonada de regalo.
- Evento ya instalado como clásico del Oeste, con convocatoria creciente año a año.
Dos noches para el susto y el baile
Con la consigna “La mejor fiesta de Halloween de todo Zona Oeste es en El Jardín”, el local anunció dos jornadas seguidas para quienes se animen a cruzar la puerta y dejarse llevar por la ambientación. El viernes 31 tocará DJ @lukyflow; el sábado 1, DJ @biancore_. Ambos a partir de las 22, con una selección de hits pensada para no abandonar la pista. La promesa es simple y concreta: música arriba, disfraces a la altura y una puesta en escena que no deja rincones sin transformar.
Una escenografía a medida del mito
El Jardín viene trabajando su Halloween como quien arma un teatro: telarañas colgando, luces que cortan la penumbra, calabazas repartidas y efectos que te sorprenden en la vuelta menos pensada. Entre mesas y barras, aparecen personajes que erizan la piel y, al rato, te invitan a bailar. Esa lógica—mezcla de parque temático y boliche de barrio—explica buena parte del encanto.
La barra también se disfraza
La estrella líquida de este año es la “Poción de Halloween”: un gin tonic con colorante vegetal, brillo comestible y pequeñas arañitas decorativas (ojo: de adorno, no comestibles). El trago entra por los ojos y está destinado a copar las cámaras de los celulares. Hay guiño extra para quienes lleguen caracterizados: una birra o una limonada de regalo, premio al esfuerzo del vestuario.
Un clásico que crece en el Oeste
Desde su apertura, El Jardín se ganó un lugar entre los preferidos de la zona por su clima relajado, una cocina cumplidora y el gusto por los eventos temáticos. En Halloween, esa identidad se potencia. Cada temporada, los disfraces suben la vara, los efectos visuales se perfeccionan y la convocatoria empuja hacia afuera: ya no es solo el público de Ituzaingó; también caen de otros rincones del conurbano dispuestos a sumarse a la cita.
Redes, expectativa y un guiño al que duda
La comunicación se mueve, como casi todo, en redes. Desde ahí confirmaron fechas, DJs y ese eslogan que combina orgullo barrial con competencia amistosa entre boliches de la región. “Si ya viniste, lo sabés. Si no, bueno… esta vez no te la pierdas”, escribieron. Un empujón suave, más efectivo que cualquier grito de terror.
La escena se repite y, sin embargo, no se repite: la noche del Oeste tiene memoria y El Jardín aprendió a leerla. Halloween ya no es una rareza importada, sino un ritual de disfraces, música y fotos con brillo en los vasos. Dos fechas, una puerta abierta y la invitación de siempre: entrar, mirar alrededor y, cuando la música aprieta, salir a la pista sin pensarlo demasiado.
