En las escuelas bonaerenses ya empezaron a limpiar pizarrones y a abrir portones. Este jueves, con el reloj corriendo hacia el 26 de octubre, la Cámara Nacional Electoral (CNE) metió una corrección a último momento: ordenó reimprimir los afiches con la oferta de candidatos de la provincia de Buenos Aires. La medida busca que, en el debut nacional de la Boleta Única de Papel (BUP), las paredes expliquen lo que la boleta no alcanza a contar. Resultado: en los centros de votación, las boletas mostrarán el rostro de José Luis Espert, pero los afiches exhibirán el de Diego Santilli.
- La CNE instruyó reimprimir afiches para PBA con las listas completas y actualizadas.
- En la BUP bonaerense seguirá apareciendo Espert; en los afiches, Santilli.
- El tribunal enfatizó que los carteles deben complementar la información acotada de la BUP.
- Los afiches son únicos para toda la provincia y pueden distribuirse por canales paralelos.
- BUP: no habrá cuarto oscuro tradicional; habrá birome oficial y marcas amplias válidas.
- Politólogos advierten posibles nulos/blancos por confusión donde se vota Diputados y Senadores.
Afiches que corrigen el desfasaje
La apelación de La Libertad Avanza destrabó una discusión que venía espesa en los pasillos de la Junta Electoral Nacional bonaerense. La CNE resolvió que los carteles no tienen que replicar el diseño de la boleta, sino servir de guía para un voto informado. No es un matiz técnico: la BUP recorta la información a la imagen de los dos primeros postulantes y los nombres de los primeros cinco. El afiche, en cambio, lista la oferta completa. Con la renuncia de Espert en el medio, ese detalle se volvió crucial.
El tribunal fue explícito: si el afiche es una herramienta de apoyo para el ciudadano, su contenido debe reflejar, en la mayor medida posible, las candidaturas efectivas que compiten. Además, recordó una diferencia práctica que los operadores logísticos agradecen: los carteles, al ser genéricos para toda la provincia más poblada del país, pueden circular por un circuito paralelo al material esencial de mesa. Eso acelera las correcciones sin frenar la elección.
Cómo se vota con BUP, sin misterio
La BUP debuta a nivel nacional y trae hábitos nuevos. No habrá más cuarto oscuro clásico: en cada aula, la mesa con autoridades y fiscales convivirá con una “U” de cartón para preservar la privacidad. Podés llevar tu birome, pero la recomendación oficial es usar la que te entrega el presidente de mesa para evitar interpretaciones en el recuento. Y algo que despeja fantasmas: cualquier marca dentro del recuadro en blanco es válida. Si te pasás un poquito, no anula. Hay margen para tildes, cruces, hasta un emoji, mientras esté adentro del casillero.
El riesgo de la doble fila
La mecánica cambia más donde más se elige. En 16 provincias habrá una sola categoría en juego. En otras ocho se suman senadores, y la BUP aparece con dos filas. Ahí es donde los especialistas en sistemas electorales detectan la trampa del principiante: sin casillero de boleta completa, el votante tiene que marcar en ambas categorías. Si cruza dos partidos en una misma fila, nulo. Si deja una en blanco, voto blanco. Pablo Salinas lo sintetiza con un dato que se repitió en provincias pioneras: en las primeras experiencias hubo picos de nulos y blancos por confusión de casilleros.
Cortar boleta, versión siglo XXI
La otra cara del sistema es la libertad para elegir por tramo. Ignacio Labaqui subraya que la BUP le facilita a cada votante combinar partidos cuando hay más de una categoría: lo que antes requería tijera y paciencia ahora se resuelve con dos marcas limpias. Y Carlos Fara agrega una dosis de confianza basada en la experiencia: en Córdoba y Santa Fe, la curva de aprendizaje fue corta. La gente entendió rápido y votó sin mayores tropiezos. No habría motivos para pensar lo contrario ahora.
Una pedagogía a contrarreloj
La decisión de la CNE funciona como un manual pegado a la pared. En un padrón que concentra casi cuatro de cada diez votos del país, la claridad vale oro. Que los afiches se parezcan a la oferta real y la boleta resista con su formato austero puede sonar contradictorio, pero es una forma de atajar el error humano antes de que la urna se cierre. Este domingo, entre biromes oficiales, “U” de cartón y caras que no coinciden en todos lados, la elección bonaerense va a medir también otra cosa: la capacidad del sistema para explicarse a sí mismo sin enredar al votante.
