Este domingo, en escuelas de todo el país, la Boleta Única de Papel debuta en elecciones nacionales. El cambio se va a notar en el paso a paso, pero también en un detalle que no es menor: adentro de la cabina no se sacan fotos. La escena resume el espíritu de la reforma: menos espectáculo, más resguardo del voto.
- Queda prohibido tomar fotografías dentro de la cabina de votación; afuera, la selfie con la boleta sí está permitida.
- Hay que marcar una opción por cada categoría para evitar el voto en blanco.
- Cualquier marca es válida si deja clara la intención de voto.
- Habrá biromes negras indelebles provistas por la autoridad de mesa; podés llevar la tuya.
- Sin sobre: la boleta se dobla y va directo a la urna; cabina en lugar de cuarto oscuro.
- Dos cabinas por mesa para agilizar en esta primera implementación.
Una cabina sin flash
No es un capricho estético. La directora nacional electoral, María Luz Landívar, recordó que la señalización en los costados de la cabina advierte la prohibición de fotos. La lógica es simple y contundente: cortar cualquier intento de control, apriete o recompensa por fuera del aula. El voto vale cuando nadie te mira. Lo que sí se puede, ya fuera de la cabina, es la clásica selfie con la boleta en la mano, sin comprometer el secreto.
Marcar en cada categoría
Con la Boleta Única, todo está en una misma hoja. Para que el sobre no falte, ahora lo que no puede faltar es tu marca en cada tramo. Donde se renuevan diputados y senadores, vas a tener que marcar dos veces: una por cada categoría. En las provincias que sólo eligen diputados, alcanza con una. Si dejás un casillero sin tildar, en esa categoría tu voto cuenta como en blanco. El resto de tus marcas, si las hay, sí se computan.
Se entiende lo que quisiste votar
Otra novedad, más de criterio que de forma: vale la marca que diga sin dudas a quién apoyaste. Una cruz, un tilde, rellenar el casillero, incluso un pequeño dibujo, siempre que sea inequívoco. La autoridad de mesa no evalúa caligrafías, busca intención clara. Menos trampa, más sentido común.
Biromes que no fallan
En cada mesa habrá biromes negras, comunes, con la leyenda “ELECCIONES ARGENTINAS”. Son indelebles y no transfieren, para que la boleta no se manche ni se corra la tinta al doblarla. Si querés, podés llevar tu propia lapicera. La recomendación oficial igual es usar la provista en el lugar: evita sorpresas y acelera el trámite.
Lo que cambia y lo que queda
Al cuarto oscuro lo reemplaza la cabina: menos ritual, mismo secreto. No hay sobre: doblás la boleta y directo a la urna. Para esta primera vez, habrá dos cabinas por mesa, una forma de descomprimir la fila y aprender entre todos el circuito nuevo. El país suma así una herramienta que varias provincias ya usan desde hace años, con un objetivo compartido: hacer más transparente la oferta y más sencillo el acto de marcar.
La transición tiene su propia pedagogía. Menos papeles sueltos, más orden en una sola hoja. Menos gestos para la tribuna, más resguardo de la intimidad del votante. El domingo, en ese cruce breve entre cabina y urna, cada detalle está pensado para que la decisión sea tuya y sólo tuya.
